jueves, 20 de agosto de 2015

No soy tu amiga, soy tu Mamá

Muchas veces he escuchado, "soy la mejor amiga de mi hija". Y me pregunto ¿Cómo puede ser eso?

Veo a mis hijas, y las veo felices con sus amigas y amigos, y pienso:
Mi amigo es mi esposo. Mis hijas no me invitan al cine con sus amigas, ni a sus fiestas, ni al Casco; van con sus amigas.

Claro que si salimos juntas a  muchas partes y hacemos planes en familia. No encanta pasear, ir a comer, ir a misa juntos, hacer ejercicio, o ir de compras. Pero si, ellas tiene sus amigas y yo las mías.

No quiero ser amiga de mis hijas. Prefiero ser su mamá, y ya con eso es bastante trabajo. De este modo me verán como su guía y no como su igual. Y es que estoy aquí para cuidarlas, guiarlas y corregirlas. Muchas veces, o mejor dicho siempre, me toca corregirlas y aunque a veces no lo entiendan tomo decisiones que son por su bien. 

A mi me toca abrirles los ojos, decirles la verdad de la vida y también en más de una ocasión, me toca decirles NO.
Las amigas no se dicen NO cuando están entre ellas. Al contrario, se apoyan en todo y a veces no piensan mucho las cosas. 

Yo en cambio me veo en muchas ocasiones obligada a decirles NO. No van, no puedo, no cedo.
Y les digo: mi también mis padres me dijeron NO. A mi también Dios me dijo muchas veces NO. Cuando el veía que me iba a equivocar o más bien a estrellar con mi decisiones, venía en mi auxilio y me decía NO, cerrándome las puertas frente a situaciones y de esta manera cuidándome siempre.
Y créanme cuando Dios dice NO, es NO. 

Para eso estamos los padres, para corregir, para cuidar y guiar, para ayudar a nuestros hijos a crecer.
Aunque a veces mis hijas no me entiendan, para eso existo.

¡No quiero ser amiga de mis hijas! Ellas ya tienen muchas amigas, y estoy segura de que todos seremos más felices si dejamos que las cosas sean lo que son.

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